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Los probióticos

Los probióticos están oficialmente descritos como:
Los probióticos orales son microorganismos vivos los cuales, al ser digeridos en cierta cantidad, brindan beneficios a la salud, mas allá de la inherente nutrición básica.

Una definición más común es:
Un probiótico es un suplemento alimenticio de un microbio vivo el cual afecta benéficamente al hospedador por medio de la mejora del balance microbial en el intestino.

La palabra ‘probiótico' se deriva de la palabra griega ‘pro vida' y se ha definido de varias formas diferentes durante las ultimas décadas. En todos los casos, sin embargo, designa un producto bacteriano, el cual beneficiaría la salud del hospedador.

Los tres aspectos importantes de la definición son:

• los microorganismos (bacterias) están vivos
• las bacterias son administradas oralmente
• las bacterias deben ser capaces de llegar vivas al intestino para poder ejercer una influencia en el balance microbiano

Esto significa que la bacteria probiótica debe ser resistente a acidez (estómago), bilis, capaz de crecer bajo condiciones anaeróbicas y no tóxica. Estos criterios limitan el número de especies y cepas de bacterias a los siguientes grupos: Especies de Lactobacillus, Streptococcus y Bifidobacterium , a pesar de que otras especies pueden ser utilizadas en algunos casos (como levaduras y especies de Bacillus en nutrición animal). Todos los tres géneros son parte de las bacterias del ácido láctico y están presentes naturalmente en el intestino así como en varios productos lácteos fermentados (mayormente ácidos).

Los productos probióticos tradicionales son productos lácteos ácidos fermentados, similares al yogurt. Las bacterias tradicionales del yogurt ( Lactobacillus delbrueckii ssp bulgaricus y Streptococcus salivarius ssp thermophilus ) no son consideradas probióticos, y por lo tanto el yogurt no es considerado un producto probiótico, a menos que otras especies probióticas se hayan agregado.

Se afirma que los probióticos tienen efectos benefíciosos en la salud del hospedador (humano o animal). Las siguientes afirmaciones se han atribuido a las cepas de lactobacilli y bifidobacteria:

• inhibición de patógenos potenciales, como E. coli o Clostridium perfringens
• prevención de diarrea causada por (rota)virus o Salmonella
• reducción de los efectos de infección por Candida
• efectos positivos en el nivel de colesterol
• prevención y/o reducción del cáncer de colon
• estimulación del sistema inmunológico
• producción de vitaminas
• aumento de la defecación y reducción del estreñimiento
• mejora en la absorción de minerales, especialmente calcio
• digestión de lactosa en personas intolerantes a la lactosa

De cualquier modo, la mayoría de estas afirmaciones son muy vagas y en la mayoría de los casos no han sido comprobadas científicamente. Solamente algunos estudios científicos apropiados con voluntarios adultos sanos se han llevado a cabo, y solamente para determinadas cepas. Para algunas cepas ciertas afirmaciones en la parte superior se han verificado. La reducción de la diarrea, el mejoramiento de la digestión de la lactosa, la reducción del estreñimiento y efectos benefíciosos en Candida han sido científicamente comprobados para un número de cepas. Para la mayoría de las demás afirmaciones la evidencia científica es poca o nula.

Para cada cepa (y producto) las afirmaciones deben ser apropiadamente investigadas, lo cual, desafortunadamente, no se ha llevado a cabo para la mayoría de los probióticos y productos probióticos, especialmente los polvos liofilizados, pastillas y cápsulas (suplementos alimenticios).

Aún si existen pruebas científicas de que cierta cepa tiene características probióticas, no significa que la cepa es efectiva en todas las personas, ya que cada persona tiene su propia flora intestinal, lo cual puede limitar la efectividad de un producto probiótico.

Si los probióticos son efectivos es por lo tanto muy difícil de predecir. Hay muchos productos en el mercado los cuales son probablemente no efectivos. Dos estudios recientes, en Holanda (Países bajos) y en Inglaterra, demuestran que en muchos productos (la mayoría suplementos alimenticios) tienen poca o ninguna bacteria viva, por lo que son ciertamente inefectivos. En el estudio holandés, 80 % de los productos muestran información incorrecta en la etiqueta. Una pequeña inspección por parte la Universidad de Wagenigen demuestra datos similares en la información de la etiqueta para productos no holandeses.

La ley en materia de alimentación de la Unión Europea describe que todos los ingredientes deben ser correctamente listados. Sin embargo, para muchos de los productos probióticos esto no parece ser la realidad. Debido a que los efectos probióticos son dependientes de la cepa, como se describió en la parte superior, es necesario mencionar el nombre apropiado de la bacteria y su cepa. Debido que la nomenclatura de las bacterias cambia regularmente, es necesario mencionar los números/designación de la cepa, ya que estos no cambian. Solamente utilizando el numero de cepa, el consumidor, de dietista o el médico, pueden verificar los efectos (declarados) de la bacteria y por lo tanto del producto.

Si la etiqueta muestra nombres obsoletos o incorrectos, se puede asumir con razón que el productor no es consciente de la literatura científica de las últimas décadas.

Cuando se tenga alguna duda del producto, se debe siempre preguntar al productor por los números de cepas y las referencias científicas en las declaraciones. Se debe tener conciencia de la publicidad y del ‘viaje alegre‘, ver en la parte inferior. Productores de confianza pueden fácilmente proveer esta información. ¡Cuándo la información no puede ser proveída, se debe ser escéptico sobre el producto!

Como consumidor los siguientes aspectos pueden dar una indicación en la fiabilidad de un producto:

• son los nombres correctos (ambos nombres incorrectos o nombres de fantasía son utilizados (por ejemplo Toyota Golf)). Si existen dudas utilice este sitio de Internet (enlace a http://www.bacterio.cict.fr) si el nombre no se menciona, la etiqueta es incorrecta.
• presencia de los números de cepa
• presencia de un servicio al consumidor (teléfono o correo electrónico)

Nombres antiguos

Cuando la etiqueta declara la presencia de las siguientes especies, el productor no esta conciente de los datos científicos actuales:

Lactobacillus bifidus; este nombre es obsoleto a partir de 1969 (¡!) y no debe utilizarse desde entonces. Los productores que declaren la presencia de estas ‘especies', por lo tanto no están actualizadas. El nombre fue utilizado para lo que ahora es el género completo Bifidobacterium, con 22 especies diferentes. El nombre tiene tanto valor como decir que un producto lácteo contiene leche. O, en la analogía de los carros, el concesionario declara que está poniendo en venta un carro alemán, lo cual no da ninguna información del tipo de carro y sus características.

Streptococcus faecium ; este nombre es obsoleto desde el principio de 1980. El nombre correcto es Enterococcus faecium. Debido a que en estas especies existe también un conocido patógeno, es necesario que el número de cepa y el nombre se utilicen correctamente.

Nombres de fantasía

Los nombres de fantasía son nombres que se ven en productos ‘probióticos', pero no existen y por lo tanto son utilizados ilegalmente.

Lactobacillus sporogenes ; este es un nombre de fantasía; no existen especies de bacterias con este nombre; se afirma que esta bacteria produce esporas. Por definición, lactobacilli no puede producir esporas. No se conoce cuales especies son utilizadas en los productos con estas ‘bacterias'. Se ha mencionado (por el productor(¡!) que es realmente una cepa de Bacillus coagulans. Esta es una bacteria de la tierra, la cual no está presente en intestino humano, y la cual no ha sido analizada en pruebas a humanos. Puede ser también Clostridium sporogenes, un organismo formador de esporas, el cual es patógeno para humanos.

Lactobacillus caucasicus; otro nombre de fantasía. Es totalmente desconocido cuales bacterias son utilizadas en productos con esta ‘cepa'.

No es de esperar, ningún beneficio para la salud de productos con estas dos ‘especies'. Cualquier literatura que haga referencia a estas dos bacterias no puede ser considerada de confianza, ya que ningún boletín microbiológico o médico aceptaría datos en una especie que no existe.

Lactobacillus acidophilus casei . Esta seria una Lb. acidophilus o una Lb. casei. Es como vender un Volkswagen Golf Passat.

Cepas de probióticos que han sido verificadas:

A continuación algunos ejemplos de bacterias probióticas que han sido definidas correctamente, en las cuales existe bastante literatura científica. Solamente se mencionan cepas utilizadas en varios países diferentes.

Lactobacillus casei Shirota (o LCS), de Yakult y es utilizada en el producto con el mismo nombre
Lactobacillus rhamnosus LGG, utilizada en aproximadamente 25 países. El propietario de la cepa es Valio de Finlandia
Lactobacillus acidophilus LA7, en varios productos lácteos
Lactobacillus acidophilus LA5, en productos lácteos y suplementos alimenticios
Lactobacillus acidophilus DDS, principalmente en suplementos alimenticios
Bifidobacterium lactis, BB12, en productos lácteos
Bifidobacterium longum BB536, en productos lácteos y suplementos
Lactobacillus casei LC1, utilizada en productos de Nestlé
Bifidobacterium animalis DN-173 010 (Bifidus Essentis), utilizada en productos de Danone

Cepas de no-probióticos que han sido verificadas:

Los siguientes organismos no son probióticos, ya que no sobreviven al estómago y la bilis y por lo tanto no están vivas en el intestino:

• Las bacterias del yogurt Lactobacillus delbrueckii ssp bulgaricus y Streptococcus salivarius ssp thermophilus
• Lactobacillus helveticus