Food-Info.net> Preguntas y Respuestas > Seguridad alimentaria> Seguridad alimentaria (general)

¿Cómo puede reducirse el riesgo de las enfermedades transmitidas por los productos frescos?

En algunas ocasiones, los productos frescos pueden causar infecciones serias e inclusive fatales, particularmente en los niños pequeños, las personas débiles o ancianas y en aquellas que tengan el sistema inmunológico débil. Sin embargo, el resto de la población puede también experimentar fiebre, diarrea, náuseas, vómito y dolor abdominal después de ingerir productos frescos que hayan sido producidos bajo condiciones no higiénicas, como por ejemplo, los cultivos irrigados con agua de los ríos, lagos u otras fuentes de agua superficial.
A continuación se presentan algunas recomendaciones que los consumidores pueden seguir con el fin de reducir el riesgo de las enfermedades transmitidas por los productos frescos:
Al momento de hacer las compras en el mercado o en la tienda, es recomendable adquirir aquellos productos que no estén magullados o dañados. Si se desean comprar productos frescos previamente cortados en un supermercado, debe asegurarse que estén refrigerados o en un recipiente rodeados de hielo.
Después de adquirirlos, ya en el hogar, los alimentos deben ser enfriados o refrigerados,en especial, aquellos que necesiten de refrigeración inmediata. . (Los productos enteros frescos como el banano y la patata no necesitan ser refrigerados). Una vez pelados y cortados, los productos frescos deben ser refrigerados dentro de las dos próximas horas. Los productos sobrantes después del corte, deberán ser desechados si se dejan por más de dos horas a temperatura ambiente.
Así mismo, las personas deben lavarse las manos con regularidad; antes y después de manipular los productos frescos o la carne, pollo y mariscos crudos, así como después de usar el baño, cambiar los pañales o tocar a las mascotas. Para ello, debe utilizarse siempre agua caliente y jabón.
Además, todas las frutas y vegetales frescos deben lavarse con agua fría del grifo inmediatamente antes de consumirlos, sin la utilización en este caso de jabón o detergentes. En especial, los productos como el melón y el pepino deben frotarse firmemente con un cepillo limpio. Finalmente, antes de consumir el producto, todas las partes magulladas o dañadas deben ser cortadas y desechadas.
Las superficies que entran en contacto directo con los alimentos frescos, la carne, el pollo o el pescado crudo, deben ser lavadas con frecuencia. Entre ellas, las tablas para picar, los platos, los utensilios y los mesones deben ser lavados con agua enjabonada caliente; y posteriormente ser desinfectadas, utilizando para ello una solución preparada a partir de la mezcla de una cucharita de blanqueador de cloro en un cuarto de litro de agua.
Es importante no generar la contaminación cruzada. Para esto, al manipular los productos frescos, deben usarse las tablas para picar y los utensilios limpios. De ser posible, debe utilizarse una tabla para picar los productos frescos y otra para la carne, el pollo y los mariscos crudos. Así mismo, durante la preparación de los alimentos, deben lavarse las tablas para picar, los utensilios o los platos que hayan entrado en contacto con los productos frescos, la carne, el pollo o los mariscos crudos. No debe consumirse el hielo que ha estado en contacto con los productos frescos u otros productos crudos.
Además de las recomendaciones anteriormente mencionadas, debe usarse una nevera portátil con hielo o paquetes de gel helada al transportar o almacenar los productos perecederos en el exterior, incluyendo las frutas y los vegetales frescos cortados.
El seguimiento de estos pasos ayudará a reducir el riesgo de las enfermedades transmitidas por los productos frescos